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Gran Bretaña, desde el punto de vista de la legislación y liberalización del juego de azar en vivo y online, es con seguridad uno de los países más a la vanguardia no sólo en Europa, sino en el mundo entero. Inglaterra fue la primera en legalizar el juego online e presenta sobre su territorio un gran número de casinos terrestres legales. Los ingleses son una población que presenta una gran tradición de juego y nutre una profunda pasión para las apuestas de todo género.

Desde el punto de vista legislativo, las primeras leyes fueron emitidas en 1968 con el Gaming Act que hasta el 2005 regularon el juego de azar en el país. En el 2005 fue emitida la ley denominada Gambling Bill que regularizó tanto el juego en vivo como online. A pesar de esta modernización, las leyes que definen las reglas de conducta para los empleados de los casinos ingleses son muy severas, a menudo también más draconianas que las reglas en vigor en las casas de juegos de los países más conservadores.

Todo esto tiene claramente el objetivo de crear un ambiente de juego totalmente seguro, teniendo en cuenta que a menudo los jugadores mismos no conocen las reglas de los varios juegos o las reglas de los casinos, cosa que puede llevarles a comportarse de modo no adecuado. Por este motivo se solicita al personal una conducta que proteja también contra posibles conductas problemáticas a los clientes. Los “14 mandamientos” de las casas de juego inglesas definen los procedimientos de seguridad a los cuales deben atenerse los empleados de los casinos: los cropuiers en las mesas de juego, los cajeros y los inspectores de los juegos que van alrededor de las mesas y que controlan que el juego se desenvuelva de manera regular.

La regla más severa es tal vez aquélla que prohíbe confraternizar, es decir tener contactos sociales con un cliente de la sala de juego también fuera de las horas laborales. Otra regla es la prohibición absoluta para el personal de recibir propinas por parte de los jugadores. La tercera regla prohíbe al personal frecuentar otras casas de juego y casinos, viendo como inconcebible que un empleado pase al otro lado de la mesa de juego. Una prohibición no muy comprensible es aquélla que se relaciona a la participación en eventos de entretenimiento en calidad de dealer/croupier; tal vez par evitar que un empleado se encuentre gestionando una mesa de una sala de juego clandestina.

Así como está prohibido recibir propinas para evitar eventuales favoritismos frente a los jugadores especialmente generosos, está también prohibido a los amigos, conocidos y familiares de los empleados ingresar al casino y si ya reciben este permiso en todo caso no tiene el derecho a jugar. Una de las mayores preocupaciones de las autoridades es la posibilidad de que se cree una conspiración entre el personal y los clientes para hacer fraude en la casa de juego.

De acuerdo a las reglas de conducta, el personal del casino puede estar sometido en todo momento para realizar revisiones tanto personales como en los casilleros y en general de los espacios que tiene el empleado a su disposición. Los controles permiten a los administradores asegurarse de que los empleados no han sustraído de la casa de juegos bienes de su pertenencia sin la debida autorización. También las fichas de juego con consideradas bienes del casino.

Al igual que en todos los casinos fuera del Reino Unido, los empleados de las casas de juego deben tener un registro de antecedentes penales limpio para ser contratados en el trabajo y mantener una conducta personal intachable durante todo el periodo que llevan a cabo este trabajo.

Los empleados de los casinos tienen la obligación de seguir severos rituales de trabajo, cuyo objetivo es asegurar la máxima transparencia del juego tanto por parte del croupier mismo como por parte de los jugadores. El rito de las “manos limpias” para demostrar que no tienen nada en las manos, las chaquetas sin bolsillos, los procedimientos de administración de los varios juegos y otras reglas, permiten individualizar inmediatamente los comportamientos sospechosos asegurando la máxima honestidad y precisión del juego.